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LITERATURA: La gardenia blanca de Shanghái - Belinda Alexandra

4/2/18

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Título: La gardenia blanca de Shanghái
Original: White GardeniaAutor/a: Belinda Alexandra
Editorial: Martínez Roca
Calificación: 3'25/5
Sinopsis: En la pequeña ciudad china de Harbin, Anya Kozlova, una niña de trece años, vive rodeada del amor de sus padres, unos inmigrantes rusos que huyeron de su país tras la revolución bolchevique. Sin embargo, pocos meses antes del final de la segunda guerra mundial, su padre fallece en un trágico accidente y su madre, Alina, es deportada por las autoridades chinas a un campo de trabajo en Siberia. Sola, desesperada y sin ningún otro familiar al que recurrir, Anya se verá obligada a emigrar primero a Shanghái —una glamurosa ciudad en la que trabajará en la sala de fiestas más famosa del momento— para luego marcharse a la isla filipina de Tubabao, donde se encontrará con otros refugiados rusos, y, desde allí, preparar su posterior partida a la Australia de los años cincuenta, un país aún virgen y salvaje donde, tras muchos esfuerzos, logrará el éxito y reconocimiento personal. Testigo de una época dura, apasionante y decisiva en Europa y en el mundo, recorreremos con Anya continentes, países, paisajes y culturas, la veremos enamorarse, casarse y perderlo todo y asistiremos, también, a su lucha por responder a la única pregunta que da sentido a su vida, ¿qué le ocurrió a su madre?

AVISO: LA SIGUIENTE RESEÑA PUEDE CONTENER ELEMENTOS QUE PUEDAN REVELAR ALGO DEL ARGUMENTO DEL LIBRO, PARA PODER ACLARAR COSAS.

Decidí leer este libro al recomendármelo Goodreads por haber leído El jinete de bronce (ya sé que son recomendaciones automatizadas, pero a veces ofrecen sugerencias aparentemente jugositas) y debo decir que el resultado no ha sido plenamente satisfactorio, pero tampoco catastrófico.

La novela se sitúa primero en Harbin, China donde conocemos a Anya Kozlova, nacida allí de padres rusos que se refugiaron allí después de la Revolución de 1917. La vida de Anya es un poco turbulenta porque primero muere su padre, su madre tiene que acoger a un soldado japonés durante la invasión japonesa de China y las trata bien, pero al finalizar la II Guerra Mundial los soviéticos llegan a china y los comunistas chinos al ver que tanto Anya como su madre son rusas y acogieron al japonés, son intercambiadas: a su madre la llevan a un gulag y Anya queda bajo el dominio de los chinos, pero uno de ellos la ayuda a escapar y llega a Shanghái, donde un amigo de su padre la acoge calurosamente, pero tras casarse y decepcionarse con su esposo, finalmente llega a Australia pasando por Tubabao para poder asentarse y lograr cierta estabilidad personal y emocional. 

Anya es una joven que ha vivido al principio entre algodones, sin gran fortuna, pero muy querida por sus padres y su temprana pérdida hace que tenga que madurar enseguida y afrontar su vida. Por su vida pasan una serie de personajes como Serguéi, el hombre que la acoge y trata como si fuera su propia hija, Amelia, la esposa de este que no soporta su presencia, Dimitri, el que finalmente se casará con Anya para luego no ser lo que aparenta, Ruselina e Irina, abuela y nieta que congeniarán con Anya y será como una familia, Iván, que conocerá a Anya en Tubabao y hará amistad con ella y Betty, que acoge a Anya en Australia. Hay más personajes y todos ellos cumplen su función y no llegan a ser planos, pero los que influyen en Anya principalmente son los que he descrito.

Ahora bien, es un libro con un buen argumento, buenos personajes (incluso los malos) y para ser una opera prima, está bastante bien hecha. Sin embargo, también es una obra que me ha parecido un poco saturada en algunas tramas: a la de Tubabao le sobraban páginas (casi podría habérsela obviado) y la de Shanghái le faltaba algo más de sustancia, pero luego en la de Australia, si bien remonta, aún se satura de páginas en algunas partes. 

Otro aspecto que chirría es que a Anya, una vez recala en los destinos, le va todo demasiado bien y no le cuesta nada buscarse la vida allá donde ha ido y apenas se le ponen obstáculos. Esto es ya una apreciación personal, pero yo quería algo más de miseria y desesperación, me ha parecido bastante surrealista que prácticamente llegue a un lugar y bese el santo. Sí, es una novela y cada escritor la escribe como bien puede, pero hay elementos que creo que no concuerdan mucho. Aún así, pese a la buena suerte de Anya, lo predecible de algunas tramas y la saturación de páginas, el libro tampoco ha sido una gran decepción y ha conseguido que me gustase, aunque tampoco va a ser el gran libro del año y me ha animado a seguir leyendo a la autora a ver si ha mejorado con el resto de su bibliografía.

Otro punto a favor es que no hay romance empalagoso y este tipo de libros suele pecar de ello, así que si queréis leer un libro con trasfondo histórico y que apenas tiene romance, yo os lo recomiendo y si queréis variar de género y queréis una lectura relativamente fácil, también es una buena opción. 

1 comentario:

  1. Leí esta novela hace algunos años y coincido contigo en que me hubiese gustado que se potenciase la trama de Shanghái y menos la parte rusa. Aunque recuerdo que la prota me caía algo mal, la encontraba muy fría, sería por su herencia rusa XD

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